Amanezco muy, muy tarde, justo cuando se asoma la luna, cabecean los girasoles y se desperezan los grillos.
Me siento a ronronear tranquilo mientras mi amiga pide deseos mirando las estrellas.
Me gusta mirar la noche a medias...
... y saborear los más dulces sueños estando bien despierto.
Dejo que el cielo me bañe de azul hasta los bigotes...
... y justo antes de que salga el sol y los pájaros empiecen a cantar, me acurruco en un tibio rincón para soñar que estoy por despertar y que la noche me invita a pasear.
FIN.